SONRISAS GRATIS - Riqueza espiritual


Dame que echarme a la boca,
y alimenta mi cuerpo hoy
soy pobre pero generosa
así que sonrisas gratis doy.

Todos los domingos soleados, ella se paseaba por las calles de la ciudad con este verso simplón de niña de escuela escrito en un cartón. Alguien tenía que trabajar cuando los demás no lo hacían, decía ella. Así que cuando se cruzaba con alguien lo seguía con la mirada y cuando estaba lo suficientemente cerca sonreía abiertamente dejando a la vista sus feos y deteriorados dientes. Lejos de asustarse, la gente le devolvía la sonrisa y le daba monedas. Una vez, alguien que se la encontró me dijo que aquella mujer no necesitaba tener una dentadura perfecta porque sonreía con los ojos más de lo que mucha gente lo hacía con la boca.

Dormía en un refugio todas las noches donde le daban un plato caliente antes de dormir, por lo que sobrevivir no era su objetivo del domingo. Ella hacía aquello por su alma, por la necesidad que tienen algunas personas de dar y de compartir. Enseguida se dio cuenta que conseguía más limosnas de la gente de esa manera que en una esquina con el típico cartel quemalitaestoyyquepenadoy. ¡Si le daba para comer el resto de la semana!

Al principio, pensando en la razón de este hecho no conseguía conciliar el sueño por las noches... hasta que llegó a una conclusión: les daba algo a cambio. Algo que les gustaba, que les hacía feliz. Y la recompensaban, tan simple como eso. Solo por ese gesto la vida de aquella mujer ya estaba plena. 

Y murió sonriendo.


Imagen de jphilipson

No hay comentarios:

Publicar un comentario